Sala de Estar

por Apolo Romanov Jue Mayo 12, 2016 10:34 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

El día no podía ser mas de la mierda. Bueno, no estaba tan mal, tomando en cuenta de que le había estado viendo el trasero a la mucama que contrate hace un par de semanas. No me resultaba tan placentero como antes, cuando con la simple mirada lograba levantar pasiones, literalmente. Me sentí demasiado aburrido, pero, ¿qué se le iba a hacer? Ultimamente eso no me llenaba, así que me conformaba con ver, pero no tocar, ¿a qué habíamos llegado? La leyenda de Apolo estaba destinada a morir en el olvido. Me acosté en el sillón mas grande de la sala y me tapé con una manta, con el cuerpo boca abajo para tratar de dormir por un segundo. Luego de un rato, la mucama avisó que salía ya. Sin duda tenía una figura bien cuidada, me pregunté por qué estaría limpiando casas y no trabajando de modelo.

chu *3*

por Artemisa Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:06 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Tenía una suerte de puta madre. Los años habían pasado y yo seguía casada con John, que salía de viaje igual de frecuentemente que la luna al volverse a menguar. Orfeo estaba por cumplir dos años, mi bebé rubio que alegraba mis días casi tanto como su padre, su padre de verdad, no el que le había dado su apellido. Su nombre provino de la misma mitología con la que mis hermanos y yo habíamos sido nombrados: Orfeo, según la tradición había sido hijo de Caliope y Eagro, pero en realidad su padre era Apolo, bastante adecuo. Era suyo, la única razón de que acepté tenerlo y lo amara era aquella.
Una mañana me encuentro con una feliz coincidencia, mi esposo está de viaje al mismo tiempo que la mustia de la esposa de Apolo, por lo que me apresuro a vestir a mi hijo y enfilar rumbo a Ottery, nada de raro tendría pasar una tarde con mi hermano, al menos no si lo que quisiera fuese tomar té y charlar, pero en mi mente pasan cosas mucho menos puras.
Al poner pies en la entrada, Orfeo corre con sus piernas regordetas al sillón donde una figura inspira profundamente. - ¡Apodo! - exclama su voz infantil a la par que intenta que mi hermano surja de entre las mantas. Lo dejaría pasar un segundo con él, si el rubio mayor estaba de humor, después sería todo mío. Lo extrañaba al punto de desquicie y no sobreviviría un minuto más sin sus labios.

chu *3*

por Apolo Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:29 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Escuché la puerta abrirse, rato después de que la mucama se fue y abrí los ojos, aunque no me levanté para fingir demencia, no quería que Rhyanne se diera cuenta de que estaba despierto, cuando dormía ella no solía despertarme por educación me imagino. No tengo ganas de platicar con ella, ni de mirarla, ni de nada, para mi fortuna la voz de mi hijo me hizo sentirme mejor al instante, pero por algún motivo no quería salir de debajo de las mantas, la verdad es que Artemisa me daba enojo, verla y escucharla, saber que esta era otra de sus escapadas, pero al final de cuentas iba a terminar en lo mismo, así que solo me descubrí las manos para abrazar a Orfeo. - ¿Cómo estás pequeño? ¿Tu papá te trata bien? - No me dolía que le dijera papá a John, era mejor así, aunque en el fondo me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes.

chu *3*

por Artemisa Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:31 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Apolo despierta o da señales de vida solo un segundo para meter a nuestro hijo debajo de su fortaleza de mantas. Lo escucho preguntar por "su papá" y sé que eso va directamente para joderme a mi.
- Edta de viaje. - aunque no pueda verlo, me imagino a Orfeo asintiendo y tocando la cara de Apolo, le gustaba tocar su nariz o sus mejillas, yo siempre le decía que era igual que él y esa idea le gustaba por alguna razón. - Pedo mami quedía venid. - camino hasta sentarme en la mesa de café, frente al sillón, para mirar a los bultos parlantes que son ese par. - ¿Quiedes jugad a lod ddagodes? - le pregunta en un susurro, como para que no escuche yo, supongo.
Y empieza la rutina, una muy cruel donde Apolo está enojado conmigo por ser cobarde. Y yo estoy enojada con él por ser idiota, pero terminamos envueltos el uno en el otro, recordando todo lo que sentimos y desatando la pasión para volver a la misma rutina. Yo no me he atrevido a dejar a John, él no se ha atrevido a pedirmelo. Somos un par de idiotas enamorados, en todo su esplendor.
- Todos jugaremos a los dragones, pero por ahora necesito hablar con tu tío a solas. - digo antes de inclinarme para hacer cosquillas al bulto pequeño, aquel que era mi bebé, quien sabía que ahora debía irse a jugar al jardín hasta la hora del almuerzo cuando menos.

chu *3*

por Apolo Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:35 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Yo sabía que aquel hombre siempre estaba fuera, preguntar era mera rutina, es decir, por algún motivo aún me deleitaba jodiendo a mi hermana y eso nunca iba a cambiar por mucho tiempo que ella se alejara de mi. Me caía gorda -el adjetivo menos adecuado para ella, la chica fitness- ¿Ah tu mamá quería venir? - mi risa había salido en tono de burla - Creí que estaba ocupada en casa, haciendo cosas importantes - froté mi nariz contra la de Orfeo, verlo era algo extraordinario. Revolví sus cabellos dorados, que se veían opacos debajo de las mantas - Jugamos a lo que tu quieras - Afirmé, con ganas de complacer a mi hijo, pues no todo los días le veía y esos dos años habían sido largos. Orfeo hizo una mueca con su pequeñas facciones, era obvio que no quería irse - mamá está loca, mejor hay que quedarnos todos a jugar juntos, hablar es aburrido, ¿verdad? - le tome de los bracitos para alzarlos y hacerlo gritar de emoción.

chu *3*

por Artemisa Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:37 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Me doy cuenta que el día de hoy será particularmente difícil en cuanto Apolo ofrece al niño juegos sin interrupciones y risas indefinidas al levantarlo en brazos. Sé que no podré contra él, por lo que decido atacar sus debilidades. Me pongo de pie mientras mi hijo ríe y grita "DIIII, hablad abuddido..." y consigo que el elfo prepare waffles de mora azul, instrucciones específicas son dadas a la criatura, quien se lleva el almuerzo al jardín pero yo tengo medio waffle en la mano. Camino de nuevo a los bultos de mantas que imitan sonidos dragoniles y descubro las cabezas rubias. - De acuerdo. Entonces hagamos un trato. Si me dejas hablar con Apolo, te daré muchos de estos. - le doy el trozo de waffle en la boca a mi hijo que tiene cara de emoción. - Y te dejo quedarte a dormir aquí, si Apolo quiere. ¿Qué tal? - Orfeo suelta un grito de alegría que me da a entender que acepta el trato. - Pedo tu también te duedmes aquí. - pone como condición, con lo cual yo busco la mirada de mi hermano, antes de encogerme de hombros como diciendo "es lo que tu hijo quiere". Sabía jugar este juego bastante bien.

chu *3*

por Apolo Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:40 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Fruncí el ceño debajo de la manta, escuchando como mi hermana seducía a mi hijo con los waffles, eso era caer bajo. Y Orfeo nos destapo a ambos en el momento que escuchó la comida y lo vi ahí, comiendose el desayuno con la mirada de cachorro a medio morir, queriendo que su madre se quedara a dormir en un lugar que no le correspondía. Sonreí al ver al pequeño rubio y asentí porque no me quedaba de otra - ¿pero por qué quieres hablar a solas conmigo Artemisa? ¿Acaso Orfeo no puede escuchar los planes para el día de juego? - Si al menos no iba a ganar, le iba a dar la pelea. Me senté y me recargué en el respaldo del sillón, con mi hijo en mis piernas; mi hermana no lucía contenta, pero se lo tenía merecido. Y sé que parezco vieja dolida, pero así iba a ser esto, pues esa mujer no quería hacerlo legal, si es que ese término podía hacer aplicado en nuestra situación. Estaba harto de que no se me parara el amigo con cualquier mujer, harto de pensarla tanto, harto de saber que John si que la hacía suya y ella pues aparentemente no se quejaba demasiado de sus tratos caballerosos, odiaba la situación, pero yo también tenía mis propios problemas ahí en casa.

chu *3*

por Artemisa Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:41 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Sonrío de lado al ver que esto está funcionando, de a poco pero funciona y al final lograré tener unos minutos a solas con Apolo. Orfeo come como si no hubiera un mañana y yo miro a los ojos a mi hermano, quien sigue jugando con fuego. En otro momento de nuestras vidas eso hubiera bastado para fastidiarme e irme, pero ahora estaba doblegada ante él, de verdad lo había echado de menos y necesitaba de su compañía, aunque no quisiera dármela. - No, no puede. Él sabe que hay cosas que los pequeños no pueden escuchar, ¿verdad? - el niño asiente, por inercia yo creo y se queda con cara de desesperanza cuando ve que no hay más comida. - El elfo tiene más en el jardín, come todo lo que puedas. - cuando salta del regazo de su padre le doy una palmada en el trasero antes de verlo correr por el pasillo y perderse en las puertas posteriores.
- ¿Tanto odias la idea de estar a solas conmigo que tengo que hacer todo eso para poder hacerlo? - pregunto, intentando ocultar el dolor con la ironía, pero él no sabía que yo sufría tanto o más que él con esa situación.

chu *3*

por Apolo Romanov Jue Mayo 12, 2016 11:46 pm

"Echar un polvo con la mucama sería genial, pero estoy enamorado y eso es fatal, mueran todos."

Me quedé estático observando a mi hermana lanzar al pequeño Orfeo al jardín; nunca vi a un niño esfumarse más rápido a causa de la comida. Me pregunté si a futuro tragar tanto no le haría daño, pero daba lo mismo, ya que realmente lo pondría en forma si llegaba a terminar como un marrano jersey en miniatura - da igual - repliqué ante las ordenes de aquella rubia. Y así el silencio se hizo durante un par de minutos. En la habitación solo estábamos ella y yo. Me negaba a mirarla a los ojos. La inmadurez siempre estuvo presente en este cuerpo celestial, pero nunca tan marcada que cuando estaba con ella - no tienes ni la mas mínima, remota idea de que pasa por mi cabeza este momento - mis ojos celestes por primera vez se clavaron en los suyos, igual de azules y en aquellas pestañas rubias que los enmarcaban - ¿qué tema deseas tratar que no es apto para tu hijo? - hice hincapié en las dos ultimas palabras. Ya que ante la ley el pequeño era su hijo y de John. Es que rayos, ¿por qué tenía que pedir momentos a solas? No comprende la gravedad del asunto, las cosas que yo intento evitar, pero ella es demasiado terca. Me paso una mano por el cabello, bajando por la barba de un par de semanas.

chu *3*

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